-Buenos días caballero.
-Está usted de paso por la ciudad?
-Estoy de paso por el mundo.
-Ah! Y esa maleta? Parece pesada.
-No, realmente la maleta no pesa mucho. Lo que pesa es lo que lleva dentro.
-Entonces es usted vendedor o lleva sus pertenencias ahí dentro?
-Pues ni lo uno ni lo otro. Ni vendo, ni tengo pertenencias.
-Pues ya me dirá usted cómo puede pesar tanto esa maleta!!
-Tenga. Sopésela usted un momento. Pesa?
-La verdad es que no pesa nada. No me dijo que su interior era muy pesado?
-Si. Y lo es.
-Pues no lo entiendo.
-Esta maleta está llena de sueños. Y por lo que he podido comprobar, usted querido mio, no tiene ninguno.
-Yo soy un hombre del momento. No me alimento de sueños e ilusiones. Eso es para las personas que no viven la realidad.
-Pues entonces caballero, usted y yo no tenemos más que hablar. Porque en mis sueños no caben gentes con la mente cerrada y el corazón de piedra.
-Buenos días tenga usted. Y cuidado con lo que sueña, no se haga realidad.
-La realidad es muy dura y mis sueños, sueños son. Buenos días caballero.
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