sábado, 25 de junio de 2016

EL DÍA A DÍA



Todos los días cogía su bicicleta. Pasaba por la panadería y compraba un pan.
Se acercaba al bar de Carmen y se tomaba un café.
Compraba su cupón de la ONCE.
Hacía una paradita para charlar con la frutera y comprar manzanas para almorzar. 
Y en la floristería siempre compraba unas flores para decorar su bicicleta.
Flores que al final del día, al volver a casa, regalaba a la panadera, la frutera, a Carmen la del bar o a la vendedora del cupón.
Y siempre le hacía la misma promesa a la florista: " Si me toca el cupón, te llevo conmigo a un crucero" y la florista siempre le contestaba: "Me conformo con que me lleves en bicicleta al fin del mundo"

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