miércoles, 22 de junio de 2016

LA PROMESA



Le prometió que la próxima vez tocaría esa canción que tanto le gustó.
La canción que tocaba cuando quedó prendido de sus manos bailando sobre las teclas del piano. Cuando se enamoró de sus largos dedos.
Deseaba que esta vez, tras su interpretación al piano, sus dedos bailaran sobre las teclas de su cuerpo.
Que buscaran notas escondidas que nadie había tocado.
Imaginaba su cuerpo estremecerse al contacto de sus dedos. Y llegar al éxtasis al compás de esa melodía.
Pero cuando llegó el piano estaba solo y frío.
Y allí se quedó, solo y frío oyendo esa canción en su cabeza.
Y sintió unos dedos acariciar su cuello. ¿Era su imaginación?





No hay comentarios:

Publicar un comentario