INVISIBLE
Era
uno de esos días.
Uno de los malos.
Uno de esos que le costaba
levantarse.
No quería salir a la calle.
No le apetecía ver a
nadie.
No tenía ganas de fingir alegría, pero tampoco quería
que nadie notara nada.
Le faltaban las fuerzas para soportar la
rutina diaria.
Solo podía pensar en una cosa. Una cosa imposible.
Un deseo que ni todo el oro del mundo lograría hacer realidad. Un
pensamiento que esos días malos crecía en su mente a medida que
pasaban las horas. Algo que nunca sucedía y que al finalizar la dura
jornada, ya había olvidado.
Esos
días terribles, desesperantes, solo pensaba en una cosa: ser
invisible
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